Valladolid–Sporting: la identidad empieza a tomar forma
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Valladolid–Sporting: la identidad empieza a tomar forma

El Sporting visita Zorrilla con una idea clara: crecer desde la presión, el juego ofensivo y la identidad que Borja Jiménez empieza a consolidar.

Valladolid–Sporting: la identidad empieza a tomar forma
Valladolid–Sporting: la identidad empieza a tomar forma

Valladolid–Sporting: la identidad empieza a tomar forma

El Sporting de Gijón afronta mañana en Zorrilla (16:15 h) una prueba que va más allá del resultado. Para Borja Jiménez, es el momento de empezar a reconocer al equipo en el campo, de ver reflejada en los noventa minutos la versión que asomó por momentos frente al Racing.

“Ojalá se vea un Sporting como el de la primera parte ante el Racing, y hacerlo más tiempo, ya sea fuera o en casa. Ser cada día más ofensivos, tener ataques más largos… tenemos mucho margen todavía para hacer cosas diferentes”, explicaba el técnico en la rueda de prensa previa.

El entrenador rojiblanco quiere un conjunto vertical, agresivo y con personalidad, capaz de incomodar al rival desde la presión y al mismo tiempo prolongar sus fases de dominio con balón. “Queremos ser un equipo agresivo en esos momentos de presión. Que el rival tenga poco tiempo para atacar y, si lo hace, que no sea en buenas condiciones”, subrayó.

Las dos semanas de trabajo han servido para afianzar conceptos y recuperar efectivos. Guille Rosas, que ha arrastrado molestias, podría volver a estar disponible, y la plantilla llega con la sensación de haber cerrado un bloque sólido.

Un partido para medir la evolución y el carácter

Enfrente espera un Real Valladolid que también llega reforzado tras su última victoria, y al que Borja conoce muy bien: “Para mí, Valladolid es un sitio muy especial, mi segunda casa. Empecé muy joven entrenando allí y le tengo mucho cariño.” Pero el cariño no restará ambición. “Representamos un escudo que tiene que sentirse ganador desde el inicio siempre”, añadió.

El encuentro servirá para medir la evolución inmediata del proyecto y, sobre todo, la conexión entre idea y carácter. Un equipo que empiece a parecerse a lo que su técnico persigue: valiente, exigente y competitivo en cualquier escenario.

En el viaje también viaja la afición. No solo la que se desplace a Zorrilla, sino la que empuja desde cada rincón. El sportinguismo, acostumbrado a sostener sin condiciones, sabrá leer el momento: el camino está en construcción, pero la dirección parece clara.

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