
Sporting – Burgos: la afición rojiblanca sostiene al equipo en El Molinón
El Molinón vivió este domingo 14 de septiembre una tarde intensa que terminó con un marcador 2-3 adverso para el Sporting . Un resultado doloroso en lo deportivo, pero que volvió a demostrar, una vez más, que la fuerza de este club no se mide solo en puntos, sino en la fidelidad de su gente.
Un partido con emoción hasta el final
El Burgos golpeó pronto y con contundencia, llegando al descanso con un 0-2 que heló a la grada. Sin embargo, lejos de rendirse, el Sporting reaccionó en la segunda mitad y encontró el empate con esfuerzo y carácter, empujado por el aliento de su afición. Cuando todo apuntaba a un final abierto, el Burgos encontró el contragolpe que decantó el choque en el último suspiro. Una victoria épica para ellos, una derrota cruel para los nuestros.
La respuesta incansable de la afición del Sporting
Cuando el marcador se puso en contra, El Molinón no se apagó: rugió más fuerte. Se cantó, se animó, se creyó en la remontada hasta el último minuto. Esa respuesta, esa forma de sostener al equipo en los momentos más difíciles, es lo que explica por qué el Sporting y su afición forman un vínculo inquebrantable.
El respeto entre aficiones: Sporting y Burgos
La jornada, además, tuvo un valor añadido: el reencuentro con la afición burgalesa, con la que ya compartimos una previa marcada por el respeto mutuo y la convivencia entre peñistas. En un fútbol en el que tantas veces se habla de rivalidad, partidos como este nos recuerdan que también existe el reconocimiento entre aficiones, que se puede competir en el césped y compartir en la grada.
Lo que queda más allá del resultado
Se marchó el Burgos con tres puntos y con el orgullo de haber vencido en un escenario mítico. Se quedó el Sporting con la decepción lógica de una derrota en casa. Pero lo que permanece, una vez más, es la lección de su afición: que la lealtad no se mide por victorias, que la pasión no depende de un marcador y que en El Molinón, gane o pierda el equipo, la grada nunca falla.